El hombre más allá del santo

El otro día veía una protesta de los evangélicos por la instalación de una estatua del Padre Hurtado en la avenida del mismo nombre. Tenían carteles que decían algo asi como "nos oponemos a la idolatría de imágenes y bla bla bla". Yo no me considero católico practicante ni nada parecido, pero creo que cerrando la discución a ese nivel, creo que se desmerece la imagen de Alberto Hurtado, no del sacerdote ni del futuro santo, sino la persona que creó la institución más grande de ayuda a los más necesitados de este país.
Creo que el problema fue realizar los homenajes cuando lo declararon santo, cosa que se presta para el tipo de interpretaciones que generan el repudio de las comunidades no católicas. Sin embargo, creo que hace rato Alberto Hurtado, el hombre, merecía el reconocimiento popular, que se puede manifestar en una estatua y una avenida con su nombre.
Como decía un artículo que leí hace poco en el blog de Pato Navia, la Iglesia debe hacer que el padre Hurtado y su obra sean de todos los chilenos, asi como los comunistas lo hicieron con Neruda, que independientemente de ser una figura relevante para el partido, le sacaron la chapa política para que fuera apreciado por todos los chilenos, no importando el color político.
Por eso, el que no sea católico, que reconozca que el hombre sí se merece una estatua y algo más.