Recién hoy vi Crash. Para variar, llegué bastante tarde, ya que se estrenó hace harto tiempo, pero cuando llegó al cine no tenía plata. Asi que aproveché el ciclo de cine del Teatro U. de Concepción, que coloca buenas películas a precios super accesibles (aplausos para la iniciativa).
Debo decir a mi favor, que no fui de los que corrió al cine porque se llevó el hombrecito de oro por mejor película.

Uf, gran película. Y la temática no sólo es válida en una de las ciudades más artificiales del mundo como Los Ángeles de marco (LA California, no se vayan a ofender los angelinos de por aqui cerca). Es cosa de MIRAR cuando uno pasea por su ciudad. Cada cual camina sin mirar al resto, y si lo hacen, es con un dejo de desconfianza. Acá se discrimina a los pobres, a los discapacitados (de los cuales sólo nos acordamos en la Teletón pero no cuando se construyen edificios sin rampas), a los mapuches, a los peruanos. Y como le dice el personaje de Matt Dillon al de Ryan Phillippe, nadie se conoce realmente. Todos creemos lo mejor de nosotros mismos, que somos tolerantes y no miramos en menos a otros, pero sólo cuando nos enfrentamos a situaciones límites, sabemos quienes somos realmente.

Sin embargo, la frase que resume la película la dice Don Cheadle, al principio de la película: "Yo creo que chocamos entre nosotros sólo para sentir algo". Una frase que delata el gran mal de estos tiempos: el entumecimiento de la gente ante los sentimientos. Somos cada vez más indiferentes ante el dolor ajeno, y cuando nos damos cuenta del estado al que llegamos, hacemos cualquier cosa por volver a sentir.
Lo importante de estas películas es abrir los ojos, y darse cuenta que siempre se puede hacer algo por cambiar.